PADRES BARRANQUILLEROS: 58% TIENE UN TRABAJO FORMAL

El 21% de los hombres barranquilleros que se estrenaron como progenitores hace dos años habían finalizado la escuela sin estudios superiores, según el último corte del Dane. Como un niño entretenido que visita por primera vez el parque y acompañado por una menor de dos años, se ve Juan Daniel Olivera Polo, de 29 años, en la zona de juegos del Tomás Suri Salcedo, ubicado entre las calles 70 y 72 con carreras 46 y 47, en Barranquilla. Es el padre de Avi, un hombre de contextura gruesa, quien vigila con recelo cada movimiento que hace la pequeña en el ‘sube y baja’, desde donde es impulsada por su mamá, Karen Rodríguez, y recibida en el suelo por Olivera. Viven en el barrio Costa Hermosa, de Soledad, donde Juan Daniel sale a diario desde las 7:00 a.m. para trabajar como vendedor de productos de acero hasta las 8:00 p.m. que regresa a su hogar para compartir al menos tres horas con su hija en la elaboración de las tareas y juegos. Y los días que descansa son los que aprovecha para planear salidas con su familia. Como él, otros 5.135 barranquilleros, entre los 25 y 29 años, se convirtieron en padres primerizos en 2016, cifra que equivale al 21% del total, según el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) correspondiente al último corte de estudio de hace dos años y que supera los demás rangos de edad. “Ser un buen padre significa proveer, enseñar, acompañar y brindar seguridad tanto a su esposa como a sus hijos, porque finalmente esa es la tarea del hombre, estar acompañando y mantener segura a la familia”, señala Olivera Polo, quien se estrenó como papá teniendo referenciado en su nivel de escolaridad el bachillerato. Precisamente este nivel de formación académica es el más común entre los padres barranquilleros en 2016, según el reporte del Dane. La entidad indica que el 25.5%, es decir 6.218 hombres, se estrenaron como padres cuando solo habían terminado su bachillerato. Además, el Dane dio a conocer otros detalles del progenitor local: el 17.5% correspondía a papás solteros, mientras que en términos ocupacionales, el 58.8% trabajaba de manera formal y el 7.6% estaba desempleado. Evolución de la familia Pero más allá de las cifras o características cuantitativas que identifican a la figura paterna en la familia barranquillera, existen otros rasgos que definen la relación entre padre e hijo y que finalmente conlleva a calificarlos como buenos papás. Para la psicóloga y Jefe de Desarrollo Humano de la Universidad del Atlántico, Lidia Romero, un “buen padre” es el que dedica tiempo a su familia, demuestra sus sentimientos y posee un rol formativo ante sus seres queridos. Según la académica, un papá amoroso es el que tiene el tiempo disponible para jugar, para estar en un momento importante de la vida de su hijo. También el que crea vínculos a través de la demostración de afectos, que implica tanto lo bueno como lo malo, pero no en la persona del niño, sino en la acción del menor. “Hay que tener en cuenta que no podemos perder el rol educativo”, sostiene. Romero agrega que el concepto de familia y el rol de padres han cambiado por tendencias como la soltería de los progenitores, la vinculación de los abuelos y, en algunos casos, la imposición de los niños en las decisiones. “Hemos evolucionado sobre el concepto de familia. Entre otras cosas, porque ahora también es la madre la que trabaja, lo que hace que el reto de los padres de mantener el control sea más grande”, explica la mujer. Tiempo: ¿calidad o cantidad? Lidia Romero insiste en la importancia del tiempo para sostener y fortalecer la relación entre el padre y el hijo, independientemente de su edad. Por eso, precisa que hay que tener en cuenta no solo la cantidad, sino también la calidad del tiempo que dedica el padre. Lo importante, asegura Romero, no es cuánto tiempo, sino en qué tiempo y en qué momento se está con ellos. “Hay que estar mucho allí y en la adolescencia también, en la presentación de teatro del colegio y en los días de amargura”, dice la experta. Desde el punto de vista sociológico, Aura Aguilar Caro señala la importancia de “saber vivir” cada momento con su hijo, buscando consolidar la relación a futuro. “El tiempo hay que relacionarlo con una existencia auténtica, como ese saber vivir, instalar allí el tiempo como construcción a futuro, en donde la formación de los hijos no va a depender de la calidad de ese tiempo”, manifiesta la investigadora de la Universidad Simón Bolívar. La confianza “Un niño que no respeta a su papá va a ser un adolescente y un adulto que no va a respetar ni a un policía”, dice Juan Olivera sin perder de vista a Avi, quien se va a lanzar del ‘sube y baja’ sin el temor de golpearse, quizás porque sabe que su padre está pendiente de ella. Se lo permite la confianza, la misma a la que se refiere el joven papá, quien tiene claro que esta tiene un límite que no puede ser superado. Por su parte, Aguilar Caro, quien también se desempeña como trabajadora social, coincide con la versión de Olivera y explica la importancia de esto. “La confianza funciona como valor humano para que los hijos identifiquen el camino más ajustado a su bienestar”, concluye Caro.

Ley en contra del bullying o matoneo

En Colombia se sanciona Ley de Convivencia Escolar. ¡NO más matoneo! ¡NO más intimidación! #CeroIntimidación ¿Sabían que los casos de matoneo escolar pueden ser denunciados por varias vías? #cerointimidación cc@urnadecristal pic.twitter.com/OkwAimkhSG

Papel de los testigos es clave en la intervención frente al bullying

http://ylang-ylang.uninorte.edu.co/observaeduca/noticia.asp?ID=959
Noticia: Papel de los testigos es clave en la intervención frente al bullying
23/11/2011
Datos recurrentes en las investigaciones internacionales sobre el bullying demuestran que víctimas directas y agresores no representan el mayor número de afectados por este fenómeno, pues los testigos toman un papel central en el asunto.
Sin embargo, cuando se analiza el problema como de relación, el hecho de que haya tantos testigos debe ser motivo de preocupación porque ellos pueden cumplir distintos papeles: apoyar y animar el abuso, ser indiferente, o intervenir para ayudar a la víctima.
“Las investigaciones nos muestran que los testigos intervienen para ayudar sólo en caso de que sean amigos y no cuando son sólo compañeros. Algunos agresores perciben que los testigos, cuando están observando la agresión, les animan a que sigan cometiendo violencia. Desde esa perspectiva, los actores implicados en el problema no sólo son víctima y agresor, sino también testigos. Y por tanto, los implicados en la solución son también los testigos”, explica Olga Lucía Hoyos, directora del Departamento de Psicología e investigadora delCentro de Investigaciones en Desarrollo Humano -CIDHUM, que ha trabajado el tema del maltrato entre pares obullying.
En la vivencia que tienen los testigos, una vez pasa el hecho de abuso y se logra identificar el daño causado, a pesar de que no han intervenido, estos pueden experimentar culpa y sentir una coparticipación en lo que sobrellevó la víctima. Esto, de acuerdo con los investigadores, es dañino para su salud mental.
“En algunos casos ya se ha identificado que los testigos indirectos de las situaciones de agresión también son víctimas porque aprenden a sentir miedo, impotencia y culpa. Y cuando no se logra aprender a intervenir, la desensibilización y la falta de solidaridad con el grupo. Entonces, desde esta perspectiva, el grupo es el centro del problema y el centro de la solución”, dice Hoyos.
“El papel de los testigos es fundamental en la disminución en las tasas de incidencia del problema. Si un testigo tiene claro cuáles son las vías por medio las cuales se para el problema y sabe cuáles son los mecanismos que el colegio implementa, tendrá más posibilidades de acción”, agrega.

Por Andrea Carolina Lozano, Grupo Prensa

La ley del silencio también en universitarios

En este artículo se presentan los resultados de un estudio descriptivo cuyo objetivo era determinar la incidencia de las manifestaciones del maltrato entre iguales por abuso de poder y exclusión social en una muestra de 116 estudiantes de una universidad privada de la ciudad de Barranquilla. Se utilizó un cuestionario para estudiantes, diseñado inicialmente para poblaciones escolares en España y posteriormente adaptado a la población colombiana por Hoyos y Córdoba, y para efectos de esta investigación se realizaron ajustes con relación al contexto universitario. Los resultados confirman la presencia de la situación de maltrato entre iguales en el contexto universitario, aunque la situación no es alarmante. El fenómeno se presenta con algunas particularidades a lo largo de todas las edades y semestres, así como en ambos géneros. Se resalta que el maltrato verbal es el que más se presenta, destacándose el hablar mal de él/ella y poner apodos, seguido de la exclusión social.

Olga Lucía Hoyos de los Ríos, Lidia Margarita Romero Santiago, Sandra Johana Valega Mackenzie y Carmen Molinares Brito.
Universidad del Norte - Barranquilla (Colombia).


http://portales.puj.edu.co/psicorevista/components/com_joomlib/ebooks/PS13-8.pdf

http://www.slideshare.net/OECCUninorte/maltrato-entre-iguales-en-estudiantes-universitarios